SÍNTESIS "LA ESPAÑA PRIMITIVA"

 

Síntesis: “La España Primitiva”

Antes de la conquista romana, la Península Ibérica estaba formada por pueblos autóctonos cuya lengua, había sido influenciada por los fenicios, los cartagineses y los griegos.

En la zona del Pirineo, había pueblos que hablaban un idioma parecido al vasco que se habla hoy en día. La cultura íbera se extendía por la costa de Levante y regiones vecinas. La actual baja Andalucía y el sur de Portugal fueron asiento de la civilización de los tartesios. Los fenicios y griegos compitieron por el control de la región tartesia. Desaparecieron los griegos, los cuales fueron barridos por los cartagineses (herederos de fenicios) siendo los fenicios los que finalmente fundaron Cádiz y Málaga.

Más tarde, los cartagineses fundaron la nueva Cartago (Cartagena), capital de sus dominios en España.

Los griegos echados del sur, continuaron su viaje hacia Levante y fundaron colonias nuevas como Lucentum (Alicante) y Emporion (Ampurias). Luego, invadieron los celtas, que venían de Alemania, se habían apoderado de las Galias y llegaron alrededor del siglo VII a.C. Penetran en la Peninsula. Había 5 grupos: los lusitanos y gallegos al oeste, en el sur y norte respectivamente, y por el otro lado, los ligures, astures y cántabros en las costas del mar Cantábrico. Se juntaron con los iberos que estaban en el centro y formaron los celtíberos. En el siglo IV a.C., estos celtíberos ocuparon el centro de España, mientras que en el norte y sur, permanecían los celtas e íberos.

Todos los pueblos que habitaron en la España Primitiva, nunca llegaron a ser un estado. Siempre estaban divididos, así terminaron sus costumbres e instituciones también. 

La cultura fue influida por los fenicios, griegos y cartagineses, esto explica por qué los pobladores de la región sudoriental, tienen rasgos culturales muy distintos a los pobladores del interior, ya que vivieron alejados de estas influencias.

Los fenicios estimularon la industria y el comercio. Los griegos impactaron enormemente en el aspecto cultural y artístico. El arte ibérico destacó mucho al mezclarse con las culturas de Oriente y Grecia, dándole nuevo sentido y características únicas.

La Conquista Romana de España

Se considera que con la ocupación romana, comienza la historia de España. Cuando los romanos terminaron la unificación de Italia, empezaron una campaña de expansión marítima, la cual la lleva a la rivalidad con Cartago. Los romanos tenían gran ambición por Sicilia, que contaba con diversas factorías cartaginenses. Esto dio lugar a las “Guerras Púnicas”

Hubo 3 Guerras Púnicas, Roma resultó vencedora y Cartago fue destruida definitivamente. Los romanos consideraban los romanos consideraban dividir  a España en dos grandes regiones: la España Citerior, que sería toda la zona mediterránea hasta el Ebro (propiedad que los cartagineses debieron ceder) y la España Ulterior, que sería todo el resto de la Península. La conquista de esta última región obligó a los romanos a emprender una larga y difícil campaña. Luego de 200 años de lucha continua, los romanos consolidaron su hegemonía sobre la Península. Recién en el año 19 a.C. España quedó definitivamente pacificada.

En esta conquista los romanos fueron ocupando diversas ciudades. El primer desembarco se hace en el 218 a.C., en Emporion (Ampurias), pasando luego a Tarragona, Sagunto, Cartagena y Cádiz. Luego, cuando fueron ocupadas las zonas norte y oeste, se establecen en Pamplona y en la región de la Lusitania. Las últimas zonas que romanizaron fueron Galicia y Asturias.

España, tan difícil de conquistar, fue la tierra que más pronto se latinizó. Al ser incorporada al vasto imperio se unifica y queda inscripta en la civilización mediterránea. Rápidamente adoptan las costumbres, la lengua, se propagan sus instituciones, y se produce la unificación política y jurídica en torno al Derecho Romano, etc. La llegada de los romanos cambió totalmente la situación en la Península. Antes se trataba de un pueblo semibárbaro, casi nómada, una nación en el sentido europea de la palabra.

Con la civilización romana se impuso la lengua latina. Para difundirla  no hicieron falta coacciones; bastó el peso de las circunstancias: carácter de idioma oficial, acción de la escuela, superioridad cultural y  conveniencia de emplear un instrumento expresivo común a todo el Imperio. La desaparición de las primitivas lenguas peninsulares no fue repentina, hubo un periodo de bilingüismo. Los hispanos empezarían a servirse del latín en sus relaciones con los romanos. Y al fin llegó la latinización completa.

La lengua latina presentaba 2 variedades fundamentales el “serma urbanus” el “serma vulgaris”, que podríamos traducir como lengua literaria y lengua coloquial. La lengua hablada cotidianamente por el pueblo en general, era ese latín coloquial, generalmente conocido como latín vulgar, y del cual derivarán luego, las lenguas romances.

Los pueblos iberos se unificaron por la rapidez de las comunicaciones.

Decadencia del Imperio Romano – Los Pueblos Germánicos

         Con Trajano, en el año 107 después de Cristo, el Imperio Romano llega prácticamente a su máxima extensión territorial. Luego, empieza un movimiento de descentralización política y económica. Esto lleva a  la decadencia del prestigio de Italia y de Roma en el imperio. Para la defensa de sus fronteras, el Imperio necesita un número cada vez mayor de soldados y hasta los extranjeros comienzan a integrar las filas de las legiones y adquieren ciudadanía romana. Por otro lado, las provincias (particularmente Hispania y Galia) adquieren gradualmente mayor importancia económica, por ser más ricas que Italia. De esta manera, las prerrogativas y el prestigio de Roma en el Imperio disminuyen cada vez más.

            Se consagra la descentralización. En el año 257 d.C. el Imperio sufre la primera pérdida territorial importante: los godos ocupan Dacia. Por eso Diocleciano se asocia a Maximiano; son pues dos emperadores y cada uno de ellos es asistido por un césar.

            Constantino, en el 324 rehace provisionalmente la unidad del imperio, restaura la autocracia imperial. Finalmente, la oposición entre Oriente griego, en gran parte no romanizado, y el Occidente, se consagra políticamente en el año 392 con el emperador Teodosio, quien divide el Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dando al primero Oriente, con la capital en Bizancio (Constantinopla), y al segundo Occidente, con la capital en Rávena. De este modo el Oriente, sustraído a la influencia de las regiones romanizadas, queda griego.

            Mientras tanto el Occidente es sometido a golpes cada vez más fuertes por parte de los bárbaros perdiendo cada año nuevos territorios ante los germanos, hasta que en el año 476 los últimos restos libres del Imperio y la misma ciudad de Roma caen en el poder de una población germana.

A esta caída del Imperio contribuyó también la enorme decadencia de la sociedad, la moral y la cultura romana. En efecto, en los primeros siglos después de Cristo, se asiste a profundos cambios de la mentalidad latina. El Imperio se orientaliza y se germaniza.

Formación de las Lenguas Romances

            El latín vulgar era la única lengua que imperaba. Pero con la invasión bárbara, concretada en el siglo V se rompe la unidad política. La barbarie y la incultura se enseñorean en las tierras conquistadas. Diferencias entre los hombres que se derraman por el Imperio:

- los Ostrogodos se hicieron dueños de Italia al mando de Teodorico.

- los Francos se establecieron en la antigua Galia con Merovco.

- los Angles v sajones ocuparon las islas de Gran Bretaña

- los Visigodos en la Península Ibérica, donde lograron someter a los Suevos, Silingos. Alanos y Vándalos que se habían establecido con anterioridad.

- los Vándalos y Silingos: después de haber sido desplazados de la Península por los Visigodos, mantuvieron su reinado en el norte de África.

            Como la cultura de los conquistadores es inferior a la de los conquistados y sus

Lenguas son diversas, no logran, en general, imponer un idioma. No hay, pues. Unidad

Lingüística, porque los nativos siguen hablando el latín vulgar en gran parte de Imperio.

Al interrumpirse las comunicaciones las diferencias van haciéndose cada vez mayores. Estas son las lenguas llamadas romances o neolatinas. Enumeradas de Oriente a occidente son:

- el rumano: hablado en la antigua Dacia (Rumania)

-el dalmático: lengua muerta hablada antiguamente en las costas de Dalmacia.

-el retoromano: hablado en la antigua Retia (parte de Suiza y de Italia).

- el italiano: hablado en Italia.

- el sardo: hablado en Cerdeña.

-el francés v el provenzal: hablado en la antigua Galia.

- el portugués, el catalán v el castellano: hablado en la antigua Hispania.

Los Visigodos en España

            Cuando los visigodos penetraron en España se hallaban notablemente romanizados. Además, eran ya cristianos, pero a fines del siglo IV abrazaron el arrianismo.

            Los reinos bárbaros, en general, tuvieron en su comienzo escasa base política. De forma que luchaban y se deshacían entre ellos mismos, hasta llegar a desaparecer. El poder residía en manos de los mejores guerreros.

            España fue conquistada pero no germanizada. Sin embargo, de ninguna manera se puede anular el valor histórico de la monarquía de los visigodos. Lingüísticamente, la influencia visigoda no fue notable, las palabras germanas se adaptaron a la fonética hispánica y luego evolucionaron como todas las palabras del latín vulgar.

            Decadencia de la monarquía visigoda: amenazada por la expansión islámica. El carácter electivo de la monarquía visigoda originó grandes luchas entre el gobierno y los nobles que aspiraban al trono. El último monarca visigodo fue Rodrigo. Durante su reinado se acentuaron de tal modo las discordias internas, que algunos nobles no vacilaron en solicitar el auxilio de los árabes para derrocarlo.

La Influencia Islámica

            Los árabes, que estaban establecidos en el norte de África, efectuaron repetidos e Infructuosos intentos para invadir la península. El rey Witiza había sido destituido del trono de Toledo en el año 709, y asesinado por el usurpador Rodrigo.

            La tradición habla del conde Julián, gobernador de Septum (Ceuta), quien facilitó el paso por el estrecho de Gibraltar a los invasores. Se cuenta que Julián (que no era un conde godo sino griego. mandó a una de sus hijas, Florinda, a educarse a la capital; Rodrigo se enamoró de ella y la sedujo. La venganza de esta afrenta motivó, según la tradición, la invasión. Julián se sublevó contra Rodrigo y a fin de derrocarlo pidió ayuda a Muza, jefe árabe del norte de África. Los musulmanes aprovecharon la oportunidad a las órdenes de Tarik. Atravesaron el estrecho que a partir de ese momento se llamó Gibraltar.

            Rodrigo fue derrotado y muerto en la batalla junto al río Guadalete. Sucesivos contingentes musulmanes penetraron en la península, que no tardó en ser dominada, obligando a los cristianos a refugiarse en el noroeste del territorio. El imperio visigótico hubiera caído de cualquier modo, ya que las condiciones de sociedad preveían su  destrucción. 

            Los invasores se mostraron tolerantes con los hispanorromanos y visigodos que habitaban la península, razón por la cual gran parte de la población regresó a las tierras ocupadas y convivió con los conquistadores. Dejaron en el sur el mundo islámico y en el norte el mundo cristiano. Pero sobre la línea fronteriza se asientan los llamados hombres libres, que tendrán también importancia, pues van tomando tierras y repoblando zonas.

            La mayor parte de los musulmanes que invadieron España, eran moros (berberiscos), habitantes del Mogreb (antigua Mauritania, hoy Marruecos) que se habían convertido a la religión Mahoma. Sus relaciones eran tan benignas que llegaron a compartir el uso de la misma iglesia, cuya mitad oriental se reservaba para los musulmanes, y la occidental para los cristianos.

            Más de cuatro mil palabras que aluden a todas las formas de las culturas que ellos impusieron: la arquitectura, las instituciones, la guerra, la industria, el comercio, las ciencias, las artes, la agricultura, la economía. Gran cantidad de palabras castellanas que comienzan con "a" o con "al" son de origen árabe (acequia, arancel, azucena, aljibe, albañil, alcoba, alférez).

            Los árabes cran los maestros, los médicos y los augures de los príncipes cristianos, en tanto que los judíos eran sus banqueros. Los árabes sobresalieron en la arquitectura, cuyas expresiones más destacadas fueron la mezquita y el alcazar  (palacio). Cultivaron todos los géneros de la literatura, Los más divulgados son los que se llaman "Las mil noches y una noche". Entre las grandes figuras de la filosofía islámica podemos citar Averroes (1126- 1198), nacido en Córdoba (España).

La Reconquista de España

         La resistencia cristiana contra el poder musulmán se inicia en el norte. Pelayo figura no bien conocida, vence a los moros en la batalla de Covadonga (año 718). Y funda el reino de Asturias.

            La región montañosa situada en el noreste de la península (pirenaica), nunca fue

Ocupada totalmente por los musulmanes. Allí subsistieron diversos núcleos de resistencia. Estos territorios dieron origen a los reinos de Navarra y Aragón. En la zona de Cataluña surgió el condado de Barcelona. Los reinos cristianos prosiguieron la lucha contra los musulmanes.

            A su muerte, Fernando I dividió los dominios entre sus hijos, entregando a  Sancho tierras de Castilla, y a Alfonso los de León. Sancho no cumplió con la voluntad paterna y atacó a sus hermanos, pero finalmente fue asesinado por un enemigo, cuando sitiaba la  ciudad de Zamora. Alfonso se dirigió a Burgos y luego de jurar solemnemente que no había participado en la muerte de Sancho, fue proclamado rey de Castilla, con el nombre de Alfonso VI

Posteriormente, el rey de Castilla Alfonso VIII vence a los musulmanes en la importante batalla de Navas de Tolosa (1212), que abre el camino para la conquista de Andalucía.

            La campaña por la reconquista había recuperado muchos territorios, y los musulmanes solo ocupaban el reino de Granada.

            Luego tenemos el reinado de Alfonso X, el Sabio (1252-1284), hijo y sucesor de Fernando III. Se destacó por su cultura, pues cultivó casi todas las ramas del saber humano. No estaba dotado para la política, no fue un guerrero, aunque afianzó las conquistas logradas por su padre y tomó nuevamente la ciudad de Cáliz, que había caído en poder de musulmanes sublevados.

Triunfo del Castellano

            De todas las lenguas romances ibéricas, el castellano logró ser el heredero de Roma al hacer "renacer su misión unificadora e imperial". Hablado en Castilla, el reino que desde el norte avanzaba libertador y guerrero triunfal, con sus fuertes y castillos contra los invasores.

            Castilla y Aragón unen sus coronas y, en 1492 los Reyes Católicos expulsan definitivamente a los árabes del reino de Granada. Es entonces cuando Castilla entrega al mundo la lengua oficial española.

            Los primeros textos lingüísticos que se conservan, datan del siglo X, son glosas o anotaciones marginales a modo de vocabulario, para traducir homilías en latín escritas en las márgenes de los códices procedentes de escuelas monacales de San Millán de la Cogolla (Rioja) y Santo Domingo de Silos (Burgos).

            Durante la Edad Media el latín dejó de ser hablado y entendido por el pueblo, pasando a ser lengua litúrgica e inmóvil de la Iglesia. El latín español intensificó sus rasgos ibéricos, entremezclándose con arabismos y galicismos. Recién en el siglo XIV, adelantada la reconquista española, el castellano comenzó a adquirir una mayor conciencia unitaria y a pretender ser menos rudo y bárbaro, buscando parecerse a su lengua materna.

            Frente al andalucismo del poeta Juan de Mena, Salamanca dio la nota castellana del equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, entre el cultismo y el popularismo, con una medida que se cifró en la frase de la reina Isabel: "el buen gusto", y una obra inmortal: "La Celestina".

A partir de ese momento, en torno a 1492, el castellano encuentra su fórmula apta para la unidad y expansión, afirmado en lo popular, pero dentro de un cuadro idealista y normativo, soñando con ser la lengua imperial del mundo; sueño que se haría realidad en el siglo siguiente (siglo XVI).

Antonio de Nebrija (Antonio Martinez de Jarava) ofrece la primera gramática española a la Reina Isabel en 1492. Su profecía se cumpliría bajo el reinado de Carlos I (Carlos V de Alemania) y Felipe II, en los que el castellano pasa de lengua de unidad nacional a lengua imperial de la cristiandad. Y así como la primera fórmula la diera Nebrija en Salamanca: "buen gusto", las nuevas consignas saldrían de Toledo (corte imperial de Carlos I) y del Escorial Madrid (corte de Felipe II).

En el siglo XVI se fija la fonética que aún hablamos: desaparición de la h aspirada, la ç hecha z ó c, la ss y la x hechas j.

 

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